Hoy, y como ya varios días. Me vi en tus ojos.
Hoy lo publico en mi blog, lea quien lo lea.
Ojalá lo leas tu, y lo pilles de Sorpresa.
Como esas que tanto amamos y que cada día nos pasa algo distinto.
Pero yo Matias, te amo.
Y es la primera vez, que siento que me aman.
Al principio no lo creí, pero cuando tus ojos brillaron, el silencio fue quien me lo dijo.
Martín Agustin saltará. Es de seguro.
(L)
2 comentarios:
No puedo creerlo mi amor! Leo esto un poco después, pero muy de sorpresa, Contreras! Nunca lo pensé, que ibas a escribir aquí, sabiendo que en algún minuto yo lo leería. Mira cómo me conoces, tanto. ¿Cómo sabías?
Ya es tres de noviembre. Pero me acuerdo perfecto del jueves...
El jueves nos volvimos a tirar en el pasto, y hasta tu piano sonreía. Tú estabas muy feliz, porque hasta te habías comprado cuerdas para la guitarra, y zapatillas, y esa cosita para poner la guitarra. Fumamos y yo hacía hoyitos con mi cigarro en una bolsa plástica, mientras hablábamos entremedio de un montón de risas, de esas que nunca se nos acaban como los cigarros. (Yo estaba muy feliz, porque estaba contigo) Oscureció y no nos dimos ni cuenta. Me puse tu chaleco otra vez. Tú andabas con tu polera de Smashing Pumpkins. Cuando te levantaste del pasto, estabas chascón, y yo te arreglé el pelo mirándote fijo, sonriendo. Y te quedaste en mi cuello. Cuando nos fuimos hicimos escándalo con la botella de Coca Cola en el basurero, tú hiciste escándalo y yo me reí. Llevabas el piano con un brazo, y tu bolso en el hombro opuesto, pero te las arreglaste para abrazarme, para irnos de la mano. (Te amo por todas esas cosas, ¿sabes?) Te dije que mejor nos fuéramos en Micro, para que te fueras bien con el piano. Te pareció buena idea. No sé si volviste a sonreír, o en verdad nunca dejaste de hacerlo. Pero te amo así. Esperamos el semáforo. Cruzamos. Seguíamos riéndonos, y nos subimos por la puerta del medio de la Micro. Quedaste un poco atrapado, pero sonreíste igual. La micro estaba casi vacía. Nos sentamos al final, me dijiste que cuidara el piano y tomaste mi pase y el tuyo, y fuiste a pagar. Volviste corriendo por la micro, ¿te acuerdas? Y yo tenía tu olor en las manos, y tu chaleco puesto. Sé que no me veía bien ese día, que nunca tal vez, pero si me amas así mi alma ya es tuya. Pero sabes que mi alma es tuya. Te amo, ¿sabes? Y te amo en cada detalle, desde que te veo en el semáforo, y mi corazón salta un poquito, porque sé que me mirarás con esa misma cara de siempre, y volverás a sentarte conmigo y me contarás tu día, y oirás el mío. Sabes que si es un mal día te abrazaré hasta la asfixia. Y nos reíremos caminando por todos lados. Sabes que te amo, yo sé que sabes. Te amo, y no lo cambiaría por nada. Te amo en besos cortos, te amo en besos largos, te amo en respiros, en risas, en detalles, en tus dientes pequeñitos, en tus manos grandes, en tus abrazos cuando tengo frío, en tus frases típicas, en tu voz al teléfono cuando estoy durmiendo, en tu mirada fija, en tu letra, en ti tocando, en ti en los ensayos, en ti durmiendo al lado mío, en nosotros comprando en el Súper y bailando, en nuestras anécdotas locas, en un terremoto en la piojera o un huichipirichi en la casa de César, en tus ojos cuando tienes sueño, en el color de tu boca.
Te amo sin poder parar de amarte, te amo en todas las cosas que hacemos juntos, en las canciones, en las cosas que no planeamos pero salen siempre perfectas, en las risas (porque siempre me haces reír, y no sé cómo lo haces, pero consigues que te ame más, aunque parezca imposible) Te amo en las palabras que eliges, te amo en los papelitos que te doy y conservas, te amo en flores de papel en un libro de sueños, en todas las palabras tuyas que conservo, en las canciones de contrabando, en el gorrito de diario. Te amo en la chaqueta que compramos en Bandera y te ayudé a elegir, en el Paseo Bulnes diciendo canciones de la A a la Z, en el Parque Forestal aunque aparezcan locos psiquiátricos, en el Cerro Santa Lucía viendo a través del mirador, en todas las calles que tienen nuestras huellas de zapatillas Kettal, en el Departamento de la Olaya, en la casa del Arad, en bingos, en tocatas, mientras bailo, mientras saco fotos, mientras canto los pedazos de canciones que ya me aprendí, mientras te guardo el celular o los lentes o el slide o el cejillo, porque sabes que estoy contigo, pendiente de cada moviemiento. Te amo en las miradas cómplices de chistes nuestros, te amo cuando guardas los instrumentos y entras bailando, cuando me cuidas y puedo dormir en tu hombro, y me ves con cara de sueño y te quedas conmigo hasta que me quedo dormida en la cama. Te amo escuchando tu música cada uno con un auddífono, te amo en las cosas que puedo verbalizar y las cosas inefables. Te amo en tu polera Mod, en mi vestido amarillo. Te amo en días feriados y días de la semana, en los fideos que cocinas y que todavía no pruebo, en los fuegos artificiales del show del Bicentenario, en los semáforos coludidos con mi alma, en la Boletería del Metro, cuando te abrazo por detrás, en cuando pierdo mi pase momentáneamente, en las tiendas de música, en los lugares a los que volvemos porque son nuestros, y tú eres mío, y yo soy tuya. Te amo en las fotos que les sacaste a los chinos que te encontraron cara de buena onda, en los perros que se sientan cerca siempre, en las monedas huachas que juntamos para un jugo, en los sobrecitos de ketchup o de mostaza que abro con las paletas, en la banderita de tu sandwich que después, tiempo después, me pongo en el pelo. Te amo en tus calcetines. Te amo en tus pitillos. Te amo en tus corbatas flacas. Te amo sentada en ti en el auto y durmiendo en un sillón rojo sin dormir, tomando café y riéndonos. Te amo en nuestras cosas más nuestras, en mis observaciones, en mis mañas, en tus gestos, en tus reacciones, en tus aciertos siempre. Te amo en la despedida del Metro, en el Andén separándonos pero viéndonos frente a frente, en ti alejándote sabiendo que nos veremos muy pronto, y hablaremos horas y horas por teléfono. Te amo caminando al Departamento del Nico, en el ascensor, en la Micro. Te amo en todo. Te amo a ti. Yo. Te amo. Y mejor todavía si me amas. (Yo sé que sí mi amor, y no sabes cuán feliz me haces, cuán bien nos hacemos). Te amo, y me encanta amarte, Contreras. Me encantas. Estoy orgullosa de ti, de todo lo que eres, de lo que somos juntos, de lo que soy contigo, de estar contigo. Mi amor, hagamos palabras nuevas, estas ya quedaron chicas. Te amo. Te amo. Y no me voy a cansar de diecírtelo aunque te canses de escuchalo. Te amo.
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